La convergencia de la IA y el branding no solo es inevitable, sino que además, marca el inicio de una nueva «revolución» que redefine la forma en que las empresas entienden e interactúan con sus audiencias. Desde la personalización de la experiencia de cliente, hasta la anticipación de sus necesidades, la inteligencia artificial se está convirtiendo en la fuerza impulsora detrás de la reinvención del branding en la era digital.
La transformación digital no se trata de algo meramente tecnológico, así como tampoco el branding tiene que ver solo con una cuestión estética o visual. A partir de aquí, ambos conceptos están directamente relacionados e interactúan permanentemente en el proceso de creación y construcción de una marca, para lograr conectar de manera positiva con una audiencia o mercado. El branding aporta claridad sobre el propósito por el cual se funda un negocio; coherencia en la creación de una experiencia de usuario/cliente memorable; aporta estrategia en la definición del modelo de negocio; relevancia en la personalización de la propuesta de valor en base a los datos; y finalmente, el branding aporta en el fortalecimiento de la identidad corporativa, lo cual, es clave para el éxito de cualquier negocio.
¿Por qué es una necesidad imperante para las marcas la digitalización y la aplicación estratégica de la IA?
Básicamente por 3 razones: En primer lugar, porque los consumidores tienen altas expectativas de las marcas y son cada vez más exigentes, lo cual, obliga a cualquier marca a mantenerse actualizada y a ofrecer experiencias más allá del producto o servicio que venden. En segundo lugar, la digitalización nos ofrece información relevante que permiten orientar la estrategia hacia una propuesta de valor mucho más personalizada, relevante y afectiva. Y finalmente, por el volumen de competencia que existe hoy en toda industria/sector. Esto nos obliga a buscar la diferenciación, permanentemente, para lograr atraer a nuestro público objetivo y satisfacer sus necesidades. Quien no lo haga, quedará relegado a una cuota muy baja o nula de mercado.
La Corriente de la Personalización
Así cómo los rápidos (rafting) demandan maniobras precisas, la personalización impulsada por la IA requiere un enfoque estratégico. Navegar por estas aguas implica conocer las preferencias de cada «tripulante» (cliente) y ajustar la trayectoria en tiempo real. Aunque brindar experiencias únicas es parte central del foco estratégico, la sobrepersonalización puede llevar a desviaciones inesperadas, siendo para ello de vital importancia, equilibrar la individualidad con la coherencia de la marca.
Asimismo, la capacidad de análisis de datos es esencial en esta aventura empresarial. La IA sirve como el remo maestro, permitiendo interpretar patrones ocultos y anticipar giros en el mercado. Sin embargo, depender exclusivamente de estos datos puede desviar la atención de las corrientes emocionales y comportamientos no estructurados que también influyen en las decisiones de los clientes.
Finalmente, la capacidad para adaptarse a cambios repentinos es crucial. Es esencial equilibrar la eficiencia con la autenticidad, permitiendo que la IA mejore, no reemplace, las interacciones humanas.
¿Qué pasará en el 2024 y en los próximos años cuando una marca no lleve a cabo este proceso de forma adecuada?
A nivel interno, el riesgo pasa por no cumplir con las expectativas de inversión, crecimiento, productividad y/o eficiencia del negocio. A nivel externo, es decir, de cara al mercado, veo el riesgo de perder relevancia frente a los consumidores, lo cual, puede ser más dañino que perder ventas. La relevancia es el factor más determinante en la confianza y lealtad de los clientes.
El Laboratorio de la Competencia Digital
Imaginemos el mercado como un vasto laboratorio, donde cada marca se convierte en un experimento único, sujeto a las variables cambiantes del entorno. En este laboratorio, la inteligencia artificial (IA) y el branding son los reactivos que pueden potenciar o limitar el crecimiento y la adaptabilidad de cada experimento. Es decir, la IA actúa como el científico meticuloso, analizando datos con precisión milimétrica. Es como tener un grupo de investigadores expertos observando cada interacción, prediciendo tendencias, y ajustando las fórmulas para una ejecución más eficiente. El branding, por otro lado, sería el aquel científico que busca la esencia del experimento, el adn que dará origen al resto de conexiones sujetas en una probeta. Es la combinación de colores, aromas y texturas que cautiva a la audiencia, buscando crear una experiencia inolvidable. Cuando la IA y el branding colaboran, el experimento florece. Es como tener un equipo de científicos astutos que no solo comprenden cada variable del mercado, sino que también, saben cómo presentar la esencia única del experimento al público.
Por otro lado, la falta de adaptabilidad, la incapacidad para anticipar cambios y la pérdida de la autenticidad del experimento son los peligros inminentes que acechan a estos científicos. En este laboratorio competitivo, la ausencia de una estrategia sólida de branding e IA equivale a realizar un experimento a ciegas.
¿Cómo deben enfrentar las marcas situaciones de crisis o contextos desfavorables, desde la perspectiva del branding?
Hemos visto innumerables veces como frente a una crisis económica la gran mayoría de empresas tienden a «cortar» los presupuesto de marketing y publicidad (como si ambas tuvieran directa responsabilidad en una crisis). En mi opinión es un error caer en esas prácticas, ya que, lo único que consiguen es alejar aún más a la marca de su público objetivo. En el proceso de construcción de una marca hay que tener en cuenta 4 factores externos fundamentales como son: entorno, contexto, tiempo y espacio. La gestión de estos factores nos permitirán tener mayor claridad estratégica a la hora de abordar una crisis. La clave es ser ágiles y flexibles en la adaptación a las condiciones del mercado.
Luz en momentos de Crisis
En la oscuridad de una crisis, la inteligencia artificial y el branding no deben entenderse como meras herramientas de gestión, sino más bien, como una luz que guía a las marcas hacia la adaptación de un nuevo renacer. La crisis, lejos de ser una amenaza insuperable, se convierte en el telón de fondo donde la innovación y la autenticidad brillan con mayor intensidad.
La inteligencia artificial y el branding, cuando se fusionan estratégicamente, actúan como luz creativa iluminando el camino para que las marcas logren encontrar aquella luz al final del tunel, con autenticidad y propósito.
Así como la noche precede al amanecer, las crisis preceden a la reinvención. El uso de la IA en el proceso de creación y construcción de marcas, permite ir adoptando nuevas estrategias y modelos de negocio que respondan a las demandas cambiantes del entorno. La crisis, en última instancia, se convierte en la plataforma de lanzamiento para la transformación y el crecimiento sostenible.
¿Cómo se está integrando el branding con la IA?
La «explosión» de la IA en estos últimos 2 años, lo veo como un aporte a cualquier negocio y no veo que sea una amenza para quienes nos dedicamos al branding, marketing o publicidad. La IA puede ayudar a las marcas a personalizar las interacciones con los consumidores, anticipar sus necesidades y ofrecer experiencias más relevantes. Esto refuerza la identidad de la marca y aumenta la satisfacción del cliente. Por tanto, la integración de la IA al proceso de branding, debe ir alineada a la estrategia y los objetivos indentitarios de cada marca.
Aún en esta era tecnológica y de transformación digital, las marcas han trabajado «artesanalmente» su identidad para esculpir cada rasgo distintivo, basándose en la experiencia, la intuición y el conocimiento acumulado a lo largo del tiempo. Con la integración de la inteligencia artificial, estas marcas se convierten en maestros artesanos respaldados por un aprendiz digital incansable.
La IA actúa como una extensión del artesano, acelerando el proceso y mejorando la precisión. Al comprender los matices del público objetivo, anticipar tendencias y personalizar cada interacción, la inteligencia artificial potencia la artesanía del branding hacia una dimensión digital más avanzada.